Sanlúcar de Barrameda: manzanilla, flamencos, carreras de caballos y mucho más

La atmósfera es fresca y marítima, y ante la vista se extienden kilómetros de playas arenosas, que en verano sirven de espectacular marco a las famosas carreras de caballos. Celebradas por primera vez en 1845, estas pintorescas carreras son las más antiguas de España, y suceden en dos tardes: una a principios y otra a finales del mes de agosto. ¡Hay muchos bares y restaurantes cerca para gastar las ganancias!

El Castillo de Santiago, una imponente fortaleza gótica de finales del siglo XV, se yergue hacia el cielo. La ciudad se divide en dos distritos principales: el Barrio Alto y el Barrio Bajo, con una diferencia de altura de 30 metros. La mayor parte de la zona baja no existía hasta que quedó expuesta en el siglo XVI por la combinación de la caída del nivel del mar y los sedimentos del río. En el siglo XIX, el duque de Montpensier, un miembro de la familia real francesa que codiciaba la corona española, construyó un magnífico palacio para escapar del calor de Sevilla, donde tenía su corte. Nunca logró hacerse con la corona, pero la ciudad heredaría posteriormente su palacio, que es ahora la sede del ayuntamiento. 

El nombre de Sanlúcar probablemente procede de la combinación de la expresión latina sanctus locus («lugar sagrado») y el árabe bar-am-ma’ida («el pozo de la meseta»). La zona ha estado poblada desde tiempos prehistóricos, y fue colonizada sucesivamente por los fenicios, los griegos, los romanos y los árabes. Los romanos la llamaban Luciferi Fanum por el santuario dedicado a la diosa griega Fósforo, y de este nombre deriva uno de los apodos actuales de la ciudad: Puerto Lucero. Tras la reconquista cristiana y durante la época medieval, la zona estuvo bajo el control del ducado de Medina Sidonia, cuyo palacio se emplaza cerca del castillo.

A finales del siglo XV, Sanlúcar adquirió una cierta importancia como última escala para las naves que abastecían el recientemente descubierto continente americano. El mismo Colón emprendió desde la ciudad su tercer viaje a las Américas en 1498, y en 1519, la flota de Magallanes comenzó en Sanlúcar su misión de circunnavegar el mundo. Una considerable comunidad de mercaderes, tanto locales como extranjeros, conocidos como los «cargadores a Indias», se desarrolló gracias a la necesidad de abastecer de bienes, como cereales, aceite y vino, a un creciente número de expediciones a las nuevas colonias americanas (las Indias). Todavía se conservan muchas de sus casas, que suelen tener un almacén a pie de calle y lujosos aposentos en las plantas superiores.

A finales del siglo XVIII, se consolidó una importante industria vinícola, que recibió durante el XIX grandes inversiones por parte de los hombres que regresaban de las colonias tras haber acumulado una fortuna. En torno al comienzo del siglo, el vino producido en la zona comenzó a llamarse «manzanilla», nombre que podría deberse a su característico aroma a camomila. Su personalidad se debe en gran parte a las frescas y húmedas brisas atlánticas y al aire limpio del Coto de Doñana, que ayudan a mantener la flor del vino durante todo el año y le aportan un toque ligeramente salado. La manzanilla se incluyó en la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry en 1933, y en 1964, consiguió su propia Denominación. En la actualidad, es el tipo de jerez con mayor éxito comercial.

El Coto de Doñana es un territorio extenso y de gran belleza protegido por la Unesco que comprende dunas, marismas y bosques vírgenes. En la zona pueden encontrarse unas 440 especies de animales; más de 300 son aves, algunas autóctonas, otras migratorias, incluyendo varias especies de águila y, por supuesto, los famosos flamencos. Su espectacular color rosa se debe a una dieta de diminutos crustáceos ricos en proteínas llamados artemias que abundan en las marismas y lagunas de agua salada. La mejor época para avistar a miles de estas majestuosas aves es durante la primavera y el verano. También pueblan la zona varios tipos de serpiente, así como decenas de mamíferos, incluyendo el lince ibérico, actualmente en peligro de extinción. Se trata del ecosistema de fauna más importante de toda Europa. Para visitar Doñana, hay que tomar un barco en la vieja Fábrica de Hielo, situada en Bajo de Guía

La pintoresca romería anual de El Rocío atraviesa la reserva tanto a la ida a la ermita de la Virgen del Rocío como a la vuelta. La ermita se sitúa en Almonte, en la vecina provincia de Huelva. Esta peregrinación se remonta al siglo XIV y es probablemente una de las más multitudinarias que existen. Cada mes de mayo, decenas de miles de peregrinos, a caballo, en carreta e incluso a pie, cruzan el Guadalquivir desde Sanlúcar. El evento es de tal envergadura que las autoridades tienen que trabajar muy duro para minimizar el impacto medioambiental.

El marisco de Sanlúcar es de una calidad superior y muy variado. Los langostinos de la zona hasta tienen su propia Denominación de Origen. A lo largo de la playa se extiende la avenida Bajo de Guía, que cuenta con una impresionante oferta de bares y restaurantes; en la plaza del Cabildo y la plaza de San Roque podemos encontrar muchos más establecimientos. La gente de Sanlúcar es encantadora, su ciudad es fascinante y la comida y el vino son maravillosos. Hay muchísimo que ver y hacer, lo cual convierte a Sanlúcar en una visita imprescindible. Pero si solo dispones de un día, te preguntarás cuáles son las cosas que no puedes dejar de ver y hacer. Es una pregunta difícil, pero aquí tienes tres sugerencias: visita algunas de las impresionantes bodegas, come en Bajo de Guía, contemplando el Coto de Doñana, y recorre el palacio de Medina Sidonia.

En la página web de la Ruta de Vinos y Brandy encontrarás una guía completa de todo lo que puedes hacer en Sanlúcar de Barrameda.