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Vinoble 2018. Una nueva Era

La décima edición de Vinoble, el Salón Internacional de los Vinos Nobles, tendrá lugar en Jerez del 3 al 5 de junio de 2018. El Ayuntamiento de la ciudad lleva ya meses trabajando en la organización del evento, que en la edición de 2016 congregó a 8.000 visitantes, el 90% profesionales, para que el Salón de Jerez se convierta en el referente mundial de vinos dulces, generosos y licorosos.


Mamen Sánchez

“Este año queremos recuperar el nivel que Vinoble tuvo en 2010 y nuestra idea es crecer en calidad en próximas ediciones, dejando atrás el trauma que supuso la cancelación de 2012”, explica la alcaldesa de Jerez Mamen Sánchez. “El presupuesto se ha incrementado con respecto al de 2016 y contamos con el apoyo fundamental de otras administraciones como la Junta de Andalucía y la Diputación de Cádiz así como del Consejo Regulador de Jerez.”

A medio año de la celebración de Vinoble, ya se ha superado la cifra de 49 expositores de 2016 y se prevé que el palacio y los jardines del Alcázar lleguen a su máximo de capacidad.

De momento tenemos confirmada la asistencia de bodegas españolas, portuguesas, húngaras, francesas y estadounidenses,¨ aseguran desde la organización. Además de consolidar el área expositiva, se prevé incrementar el número de catas que se celebren durante los tres días de Vinoble. “Queremos contar con entre 25 y 30 catas, superando las 19 de la edición anterior, que  fue recórd . Es lo que más demandan los asistentes,” indica la regidora jerezana.

La organización de Vinoble cuenta con el asesoramiento de un comité técnico formado por Luis Flor, Patricia de la Puerta, de la agrupación de bodegas Fedejerez, el experto Juancho Asenjo, profesional de reconocida trayectoria en el mundo de la docencia y la comunicación de vino y César Saldaña, director del Consejo Regulador de Jerez y presidente de la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez, a quien entrevistamos para saber más sobre la cita de junio en el Alcázar.​

¿Qué os gustaría mejorar para Vinoble 2018?


César Saldaña

César Saldaña: Hay cosas que son parte de la esencia y no cambian pero vamos a hacer un esfuerzo para mejorar aspectos de carácter logístico en el acceso a las catas, que sabemos que fue un tema incómodo para los visitantes en la edición pasada. El contenido de las catas lo iremos anunciando a medida que se concreten, pero tendremos algunas muy especiales de vinos de Jerez, de otras regiones de España y de grandes vinos del mundo como Sauternes, Tokaj y Oporto.

También contaremos con actividades complementarias más variadas y queremos aprovechar la presencia de visitantes de muchos lugares para que conozcan Jerez y sus atractivos: bodegas, viñedos, eventos culturales y patrimoniales. La idea es activar a todos: hoteles, restaurantes, centros de visitas de bodegas, agencias de turismo, etc. para que durante Vinoble haya un programa muy atractivo de actividades fuera del recinto del Alcázar que haga todavía más interesante la visita a Jerez.

Otro objetivo es mejorar el canal de comunicación hacia expositores y visitantes potenciales con una página web dedicada al Salón y perfiles de redes sociales con información sobre stands, catas y actividades paralelas para todos los asistentes.

¿Estará la cocina en Vinoble?

César Saldaña: La vertiente gastronómica, que ya lleva presente varias ediciones, es muy importante para los vinos que se exhiben en Vinoble, no solo los de Jerez. Muy a menudo no tienen el lugar en la mesa que les corresponde a pesar de su gran potencial gastronómico.

Hoy en día no hay sumiller o experto que se precie al que no le gusten los vinos de Jerez. ¿Está de moda el Jerez?

César Saldaña: No me gusta hablar de modas cuando hablamos de Jerez. El vino de Jerez es un clásico, ha estado ahí durante siglos y tiene personalidad y categoría propias. En los últimos tiempos sí que parece que se está prestando más atención y hay mayor conciencia hacia Jerez, una región que lleva durante mucho tiempo siendo fiel a su principios y a su identidad.

Dentro de un mundo globalizado, en Jerez siempre hemos apostado por nuestros rasgos diferenciales y por el respeto a las tradiciones.

Nuestra filosofía parece estar ahora en línea con las tendencias actuales del mercado, en un momento en el que los consumidores apuestan por vinos con identidad propia y diferenciación. Frente a algunos tópicos que todavía existen sobre el Jerez, nuestros vinos son tremendamente versátiles y ofrecen grandes posibilidades en la gastronomía y en la coctelería. Cuando nos descubren, los sumilleres ven que el Jerez puede dar mucho juego.

¿Se está traduciendo esta atención en un aumento de las ventas de Jerez?

César Saldaña: Los vinos de Jerez tienen distintos usos y perfiles de consumidor. El jerez tuvo un boom muy grande en los años 70 y 80, especialmente en mercados como Holanda o Alemania, que crecieron rápidamente pero con precios excesivamente competitivos. Lo que está ocurriendo ahora es que las ventas en supermercado pierden peso pero crecemos en las categorías de más alta calidad como los amontillados, olorosos, palos cortados, finos y manzanillas.

En los últimos años, hemos experimentado una pérdida del volumen de ventas total pero crecemos de forma importante en valor. El enfoque actual de las bodegas es vender calidad a un precio justo. Se trata de una tendencia positiva y espero que siga la cosa así.

¿Crees que los vinos de Jerez tienen la imagen y el precio que les corresponde?

César Saldaña: Como consecuencia de ese enfoque previo hacia el volumen, hubo un posicionamiento en precio, sobre todo de algunos tipos de vino de Jerez, excesivamente agresivo. Como ya sabemos, es fácil bajar los precios pero es muy difícil subirlos por eso nos estamos centrando en ofrecer productos de gama más alta.

Es interesante ver cómo marcas consolidadas pero con dificultades para vender a precios razonables, están sacando al mercado extensiones de gama superiores como las sacas en rama de Tío Pepe o Solear. Esta estrategia de presentar selecciones especiales hace que tengan un posicionamiento más alto al tiempo que se envía un mensaje indicando que son vinos de gran calidad por los que hay que pagar unos precios acordes.

Lo vemos también con Canasta, un vino muy popular en el mercado nacional, que acaba de lanzar un Canasta 20 años. Esta estrategia de reposicionamiento es un trabajo difícil y tiene un coste en cuanto al volumen, pero es un precio que estamos dispuestos a pagar. 

Hay una nueva hornada de jóvenes elaboradores que han recuperado estilos antiguos y que están dinamizando el Marco con su mirada hacia el terruño. ¿Cómo se valora su trabajo desde el Consejo?

César Saldaña: Se valora de forma muy positiva y su trabajo se ve con mucho interés desde el Consejo, pues tienen un enfoque claro hacia vinos genuinamente autóctonos y de calidad. Pero el mérito de esta dinamización del jerez hay que atribuírselo a ellos y a otras muchas personas a lo largo de los últimos años: unas más conocidas, enólogos de bodegas importante como el difunto Manolo Lozano en Lustau, Antonio Flores en González Byass o Paola Medina en Williams & Humbert; o el extraordinario trabajo de Equipo Navazos y otras muchas iniciativas menos mediáticas. También creo que es el resultado del trabajo hecho desde el propio Consejo, con el curso de formadores por el que han pasado prescriptores de todo el mundo durante quince años, o con la iniciativa de la creación de los VOS y los VORS, en el año 2000, que supuso toda una revolución.

Visitantes
Visitantes
Patio del Palacio Villavicencio
Patio del Palacio Villavicencio
Cata celebrada en el Patio de Armas
Cata celebrada en el Patio de Armas
Jerez: Bodegas, Tabancos, Flamenco, Viñas...
Jerez: Bodegas, Tabancos, Flamenco, Viñas...

¿Hay planes para incluir en la normativa de la DO Jerez estos nuevos estilos de vinos que están surgiendo?

César Saldaña: Aunque estén fuera de nuestro reglamento sí invocan algunos elementos propiamente del Marco como la tierra albariza, el clima, técnicas como el asoleo, etc.

Las reglas de hoy en nuestra denominación no son las mismas que teníamos en el 35, cuando se publicó el primer reglamento, ni las del 72, ni siquiera las de 2009, antes de la publicación del último pliego de condiciones.

Una denominación de origen no tiene sus reglas escritas en mármol sino en papel, y esas reglas se van cambiando. Por su propia naturaleza, una denominación de origen tiene que ser una institución conservadora y es gracias a ese carácter que se mantienen las tradiciones y no terminamos haciendo todos Cabernet Sauvignon y Chardonnay.

A pesar de su espíritu conservador, esta institución se va adaptando. Personalmente, estoy absolutamente convencido de que dentro de poco se ampliará el número de variedades autorizadas; no para aceptar variedades foráneas sino para recuperar algunas variedades prefiloxéricas u otras que se han utilizando aquí durante mucho tiempo. Pero hay que tener en cuenta un aspecto importante: para que esto ocurra, hace falta gente como Willy Pérez o Ramiro Ibáñez y otros que –dentro de las propias bodegas de la Denominación- están experimentando y retando los límites actuales de la denominación.

No sé si todos los vocales del Consejo opinan como yo, pero yo estoy convencido de que iremos modificando nuestras reglas en el futuro, como ya se ha hecho en el pasado, e iremos dando acomodo a nuevos elementos que aporten valor y hagan avanzar esta denominación.

Las cosas de palacio van despacio.

César Saldaña: Iremos adaptándonos pero no será algo inmediato. Realmente, nada sucede rápidamente en el mundo de la vitivinicultura: desde que se planta una viña hasta que se cría el vino pasan años pero, sin duda, tenemos bastante experiencia gracias a estos viticultores, así como por el trabajo de investigación que se viene realizando en el Rancho de la Merced en Jerez, o los centros de I+D de algunas de las bodegas. Creo que tenemos suficiente bagaje e información como para que estas novedades se reflejen en el próximo pliego de condiciones de la DO, que yo espero que vea la luz en un máximo de uno o dos años.

¿Qué se hace desde el Consejo Regulador para revalorizar el precio de la uva?

César Saldaña: El precio de la uva es algo en lo que nosotros, como institución, no podemos influir ni está en nuestros cometidos. El precio de la uva es el resultado del mercado.

Lo que sí podemos hacer como institución es ir creando el contexto para que determinados partidas de uva, bien por proceder de determinados sitios o por elaborarse de cepas más viejas, clones o con productividades particulares tenga una diferenciación que sea percibida y valorada por los compradores.

Una de las medidas que tomó el Consejo Regulador en 2015 fue publicar un plano con una delimitación exacta de los pagos de Jerez, algo que no existía hasta entonces y que supuso un arduo trabajo. Sí que hay libros en los que ya en el siglo XIX se hablaba de los pagos y su calidad pero no se decía donde tenían sus fronteras, algo necesario para certificar exactamente el origen de la uva y revalorizarla, un objetivo que debe ser fundamental.

Por Yolanda Ortiz de Arri
Yolanda Ortiz de Arri es periodista y traductora especializada en vino. Formadora homologada en vinos de Jerez, ha superado el nivel Advanced del Wine & Spirits Education Trust (WSET) y fue finalista en los premios Louis Roederer 2016 en la categoría de mejor comunicadora online. Colabora regularmente en Spanish Wine Lover y 7 Caníbales

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