Vinoble tiene lugar en un enclave absolutamente único: un recinto monumental construido entre los siglos XII y XVIII, cuya belleza y valor histórico están en absoluta armonía con la nobleza de los vinos que son los protagonistas del Salón.
El Alcázar de Jerez es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y el más antiguo conservado y su belleza deslumbra a todos cuanto lo visitan. El término alcázar, procede del árabe, al-qasr y definen un conjunto de edificios, rodeado de murallas, formando un complejo sistema defensivo, situado en la zona más alta de Jerez.
Una fortaleza-palacio con funcionamiento autónomo, una pequeña ciudad, sede del poder que regía la ciudad y su territorio.
Fue construido por los almohades entre los siglos XII y XIII, al mismo tiempo que la muralla que fortificaba totalmente la ciudad y que nos habla de la enorme importancia que tuvo Jerez a lo largo del largo período de dominación musulmana. Aunque la mayor parte de las edificaciones islámicas conservadas son de este período, recientes excavaciones arqueológicas constatan ya la existencia de un recinto defensivo anterior a esta época.
El recinto de la fortaleza se encuentra en un muy buen estado de conservación, pues en parte ha sido restaurado, y constituye un revelador paseo por la historia de la ciudad de Jerez, tanto en su período islámico como en el cristiano: torres, murallas almenadas, puertas en recodo, evocadores arcos de herradura, un bellísimo patio de armas y jardines en los que pasear entre naranjos, oyendo el sonido de relajantes fuentes.
Ingreso original de la fortaleza y único acceso desde la ciudad al alcázar. Se trata de una característica entrada de fortaleza islámica, con ingreso en recodo. A través de un monumental arco de herradura, se entra en el espacio cubierto por un bóveda vaída.
Pequeño oratorio privado, y única mezquita conservada, de las 18 que existieron en el Jerez musulmán. Su construcción data del siglo XII y presenta los elementos característicos de estos edificios religiosos. El alminar, torre desde donde se hacía la llamada a la oración. El patio de las abluciones con una pila en el centro para realizar las abluciones previas a la entrada en la sala de oración, cuyo significado es la limpieza ritual de purificación mediante el agua. La sala de oración, presidida por el mihrab, pequeño nicho abierto en el muro de la kibla y que señala a los fieles la dirección sagrada a la Meca.
El rey Alfonso X el Sabio, conquistador de la ciudad en el 1264, consagró esta mezquita al culto cristiano, la dedicó al culto de Santa María y le dedicó dos de sus cantigas, cuyos resúmenes aparecen en dos lápidas de mármol sobre el altar.
Dentro del plan de reformas que acometió D. Lorenzo Fernández de Villavicencio en el S. XVIII, se levantó esta antigua almazara. El cultivo del olivo tuvo una gran importancia en Jerez y su campiña, hasta la mitad de XIX, como lo demuestra la existencia de esta instalación para la molienda y prensado del aceite. En el interior pueden observar el molino propiamente dicho y la sala de la viga, donde se ubica la monumental prensa de madera para la extracción del aceite.
Este patio corresponde al periodo cristiano, y era el lugar donde se instruye y ejercita la guarnición, se realizan las revistas de la tropa y se recibe con solemnidad los actos importantes.
El Alcázar cuenta con diversas zonas ajardinadas que incluyen olivos, cipreses y flores variadas y estanques con peces. Actualmente se puede acceder a gran parte de la superficie, quedando una pequeña extensión anexa por terminar de arreglar.
Anexo al edificio del molino se encuentran los jardines del "antiguo teatro Eslava", que se usan para actividades culturales
Eran de uso privado. Las abluciones mayores constituían un precepto religioso además de un placer para los sentidos. Herederos de las termas romanas, presentan la clásica división en tres espacios:
De las dos puertas del alcázar, esta es la que presentaba mayores problemas defensivos, ya que comunicaba con el exterior de la ciudad (extramuros). De ahí su estrechez, la altura de las bóvedas y su triple recodo.
En el 1664 la tenencia del Alcázar pasa por “juro de heredad” a D. Bartolomé de Villavicencio. Los Villavicencio, una de las familias más poderosas y de noble linaje de la ciudad, comienzan una serie de reformas en el alcázar, entre las que se incluye la construcción de este bello palacio barroco, edificado sobre las ruinas del primitivo palacio islámico. Los salones de la planta noble del palacio conservan la belleza y decoración de su ambiente original.
En la 2ª planta, está expuesta la antigua farmacia municipal del siglo XIX, con el mueble original de madera bellamente tallada y los albarelos y botamen de farmacia de la época.
En la torre del palacio se encuentra ubicada la Cámara oscura, importante atractivo turístico, que nos permitirá observar la ciudad a vista de pájaro, pero con la particularidad de ser imágenes reales y en movimiento, de Jerez, su campiña y sus monumentos, convirtiéndonos en privilegiados vigías de la ciudad y de su entorno.
Junto a la torre octógona, apoyado sobre la muralla y a una gran altura, se conserva en pié el único palacio almohade del primitivo alcázar. En su origen fue usado como pabellón de descanso o recreo, con pórtico de entrada y alberca en el frente del edificio. Presenta planta cuadrada cubierta por cúpula octogonal sobre trompas (idéntica a la de la mezquita), con dos alcobas laterales para el descanso.
Torre original de la fortaleza islámica, situada en el ángulo sur, en el punto más alto, por lo que constituye una magnífica atalaya para vigilar y controlar el entorno, de ahí su potencial defensivo y las vistas panorámicas que ofrece desde sus almenas.
D. Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, mandó construir esta torre en el 1471. Responde estructuralmente a lo que se denomina torre del homenaje, ya que en su momento estuvo rodeada de un foso que la aislaba, sirviendo tanto, como último reducto defensivo, como de vivienda. Tiene semisótano y tres plantas. Desde la 2ª planta se accede a la cámara de la torre islámica a que está anexa..
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